Resulta irónico que mientras el Parlamento se prepara para debatir una nueva ley de transparencia, nuestro Rey se haya escapado a hurtadillas para unirse a una turbia cacería de elefantes y aparezcan pruebas que podrían implicarle en la trama corrupta que salpica a su yerno. El monarca ha pedido disculpas por su desliz y la Corona promete un cambio de rumbo, pero corremos el riesgo de que todo quede barrido bajo la alfombra si no actuamos ahora.

Lo cierto es que los ciudadanos nos estamos teniendo que tragar ronda tras ronda de brutales recortes sociales, y sin embargo se nos sigue negando información crucial sobre los gastos, actividades y posibles conflictos de intereses de gran parte de nuestras instituciones, incluyendo a la Casa Real. La nueva ley de transparencia podría cambiar esto, pero el borrador del gobierno excluye a la monarquía, a pesar de la opinión de destacados juristas que piden su inclusión.

Queda poco para que contemos con la primera ley de transparencia de nuestra democracia. Aprovechemos ahora la atención generada por estos escándalos para galvanizar un movimiento en todo el país exigiendo el fin de la cultura de secretismo de instituciones clave. Firma la petición pidiéndole al Presidente del Gobierno y a los líderes de los principales partidos que incluyan a la Casa Real dentro de la nueva ley, y comparte este mensaje con todo el mundo. ¡Entreguemos 100.000 firmas antes de que comience el debate parlamentario!