Los políticos no cumplen lo que prometieron para los ODM. Y es muy importante como para permitir que fallen.

Hace 12 años los políticos en la ONU se comprometieron reducir la pobreza extrema a la mitad antes del 2015 y erradicarla definitivamente en 2025, con objetivos, calendarios y compromisos de asignación financiera. Año tras año, prácticamente todos los países se alejan más y más del compromiso de destinar una ínfima parte del PIB a Ayuda Oficial al Desarrollo, que si se cumpliese en los términos que ellos mismos dijeron, indudablemente darían el impulso definitivo a la prosperidad global. Pero lo único que hacemos es alejarnos miserablemente, ni tan siquiera nos acercamos a la mitad del 0,7 % tantas veces escuchado y nunca cumplido. No queremos excusas, y no podemos permitirnos fracasar de nuevo. Queremos políticos comprometidos y valientes. No les dejemos pensar que los ciudadanos ya nos hemos olvidado de esto.